Germaine Krull. Transgresión y
testimonio de una época
Nacida en Wilda, en
la frontera germano polaca, en 1897, Germaine Krull empezó sus estudios de
fotografía en Munich, donde en 1918 abrió su estudio y donde trató a Rainer
María Rilke y a Max Horkheimer. Militante socialista y defensora de los
derechos e igualdad de la mujer, a finales de la década se afilia al Partido
Comunista Alemán y su activismo político le lleva a ser expulsada de Baviera,
de donde viaja a Rusia, para instalarse en Berlín en 1922.
Germaine Krull
empezó a fotografiar desnudos, sobre todo femeninos, en Berlín al comenzar la
década de los 20 del pasado siglo, y muchas de esas imágenes ilustraron
publicaciones científicas y naturistas. Había tenido una educación tolerante y
un tanto heterodoxa que no coartó sus hábitos e inclinaciones masculinas, lo
que le dio el temple del varón para cuanto afrontó en la vida.
En 1926 llega a
París y al año siguiente se casa con el documentalista holandés Joris Ivens (del
que adquiere la nacionalidad), admirador y seguidor de Eisenstein y de Flaherty
y autor de “Tierra de España” (1936), estremecedor documento sobre la guerra
española al que Hemingway puso la voz del narrador,- cuyos trabajos para el
documental “El puente” (1928) despertarán en ella la fascinación por una
materia insólita: el paisaje industrial. Germaine Krull lo elevará a la
condición de obra maestra en su libro “Métal” (1928). Tras la publicación de
“Métal” en 1928, que reunía 64 fotografías sobre un tema tan esencialmente
masculino como el paisaje industrial, la fotógrafa alemana Germaine Krull,
llamada la “valquiria” de hierro, empezó a estar considerada, junto a André
Kertész y Man Ray, entre los mejores fotógrafos de París. A comienzos de
nuestra centuria, “Métal” va a ser reconocido como uno de los más importantes
libros de fotografía del siglo XX.
- Durante los
siguientes años practicará el fotoperiodismo, visitando Madrid al proclamarse
la 2ª Republica. En París se relacionó activamente y fotografió a la élite
intelectual francesa (Valéry, Gide, Malraux, Morand, Cocteau, Colette, etc.),
así como a numerosos artistas y creadores (el actor Louis Jouvet, el director
Jean Renoir, el fotógrafo Eli Lotar, los pintores Robert y Sonia Delaunay,
etc.), aunque en muchos casos va a retratarlos de modo peculiar: “La corbata de
Félix Labisse”, pintor surrealista; “Las manos Arthur Honegger”, compositor;
“La casa de Tristan Tzara”, de Adolf Loos, etc.
Al estallar la guerra europea viaja a Brasil,
de donde pasará a África -primero al Congo y luego a Argelia-, regresando a
París al acabar la contienda. Después de un viaje al sureste asiático como
corresponsal de guerra, en 1946 se instala en Bangkok donde permanece dos
décadas como propietaria de un hotel, periodo durante el cual publica tres libros
de fotografías sobre la región y colabora con André Malraux documentando el
arte del sudeste de Asia. Al abandonar Tailandia vuelve a París, para al poco
tiempo viajar a la India y convertirse a una secta del budismo. Su último gran
proyecto fue un libro sobre los tibetanos en la India, publicado en 1968. Tras
un accidente vascular ingresó en una residencia de ancianos en Alemania, donde
muere en 1985.
Sin embargo, el
desnudo seguirá siendo un motivo predilecto en la fotografía de Krull, que
evolucionará de una visión de lo femenino marcada por el pictorialismo y las
tendencias naturistas, a una expresión creativa y sensual en la que el cuerpo,
a veces ciertamente masculinizado de la mujer, ofrece la imagen independiente y
moderna, a la vez que seductora y misteriosa de una nueva feminidad. En 1930
edita el portafolio “Étude de nu”, con 24 fotograbados de desnudos, en cuyo
texto de presentación va a intentar explicar qué significa para ella la
fotografía y quién es el verdadero fotógrafo, aunque la finalidad de sus
palabras fueran simplemente aclarar por qué hacía desnudos. Tal aclaración
parece razonable al hilo del propio discurso teórico de Krull, donde presenta
al fotógrafo como “testigo de su época”, es decir el primer tercio del siglo
XX, época socialmente convulsa y transformadora en la que el desnudo, tan
allegado a la estética como distante de la ética (sus trabajos en este campo
serán calificados de “sátiras de pornografía lesbiana”), no parecía testimoniar
ninguna realidad política o sociológica. Aunque verdaderamente sí lo estuviera
haciendo: la de una feminidad contemporánea.
http://www.pinterest.com/mariaanita/germaine-krull/
http://www.pinterest.com/eva_kamm/germaine-krull/
http://www.pinterest.com/bird_museum/germaine-krull/
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Kurt Eisner, 1918
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Kurt Eisner, 1918
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Jo Mihaly,1925 |
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Modelo Sonia Delaunay, 1926 |
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Jan Haverman. Máscara |
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Lizica Codreano, 1926 |
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Walter Benjamin, 1926. |
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Serge M. Eisenstein, 1926.
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Berthe Krull, 1927 |
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Berthe Krull, 1927 |
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Joris Ivens filmando, 1928 |
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.Jules et Julien.
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Jean Cocteau, 1929.
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André Malraux, 1930. |
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Colette,1930.
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Bailarina de Java, 1930 |
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